miércoles, 21 de enero de 2015

No voy en tren



Como la mayoría de ustedes sabe, en septiembre tuve que mudarme por razones laborales desde Noosa a la ciudad de Brisbane, capital del estado de Queensland. Poco a poco iré contando acerca de esta ciudad, empezando por este post, en el cual les cuento acerca del transporte en Brisbane.
El transporte público en Brisbane está basado principalmente en trenes, buses y ferries. Todo el transporte público funciona con una misma tarjeta magnética que se puede recargar por internet o en una especie de cajero automático que hay en las estaciones. En el tren, la pasás por el molinete de la estación en la que te subís y la volvés a pasar en la estación en la que te bajás, en base a eso te cobra la tarifa. En algunas estaciones chicas ni siquiera hay molinete, asi que hay unos postes con el lector, donde tenés que pasar la tarjeta.
El transporte público es caro. Para que se den una idea, un viaje en tren desde mi barrio hasta el CBD, que son aproximadamente unos 15km, sale unos 4 AUD en hora pico. La tarifa es más cara en hora pico y mas barata fuera de esa hora y los fines de semana,  pero hay que reconocer que son de primera categoría. Son puntuales, limpios, tienen aire acondicionado y algunos incluso tienen WiFi. En la parada de buses podés ver la tabla de horarios, la que se cumple en la gran mayoría de los casos. Si hacés más de 10 viajes dentro de la semana, a partir del viaje número 11 es gratis.
En los vagones hay un botón junto a la puerta del vagón, tanto dentro como afuera, para que se abra cuando se detiene en el andén. Es bueno saber esto previamente, aunque pareza un dato innecesario. Les quiero ver la cara cuando el tren arranque y no se puedan bajar porque no apretaron el botoncito, este blog brinda un servicio informativo a la comunidad también.
Cuando hay eventos masivos como recitales y eventos deportivos, en la gran mayoría de los casos, para fomentar que la gente se desplace en transporte público y no en sus autos particulares, los asistentes a dichos eventos pueden viajar gratis en cualquiera de las tres opciones desde 5 horas antes del evento hasta 5 horas después que termine. Le mostrás la entrada al chofer o al inspector en el caso del tren y te dejan subir o te abren el molinete según el caso. También suelen poner pequeñas combis para la gente anciana o con problemas de movilidad desde la estación más cercana hasta el estadio o lugar del evento.
Las estaciones de tren (menos las céntricas) tienen estacionamiento gratuito bastante amplio e iluminado, para que la gente conduzca hasta la estación y después se suba al tren.
No se puede beber ni comer en el transporte público, si bien he visto a gente hacerlo, se esconden cuando ven venir a los inspectores. Pueden hacerte una multa por eso y también por poner los pies sobre el asiento.
Hay vagones con la leyenda “Quiet Carriage” en los cuales no se permite escuchar hablar a los gritos ni hacer mucho ruido. Podés conversar pero en voz baja. El otro día iba en uno de estos vagones y llegó un grupo de adolescentes hablando a los gritos y riéndose a carcajadas. Después de unos minutos, personal de seguridad les pidió muy amablemente que se cambien de vagón o que se callen. Los chicos se levantaron rápidamente y se fueron a otro vagón. No escuché que digan “eh cat, you put the cap?” (eh gato, te pusiste la gorra?), calladitos la boca y a otro vagón.
Una vez me tomé el último tren de vuelta un sábado a la noche. Este tren básicamente devuelve a los borrachos a sus casas. En estos servicios hay un poco más de personal de seguridad de lo normal. Si veían que te dormías, te despertaban para preguntarte en que estación te tenías que bajar y después te avisaban que estaba llegando a esa estación. No se si siempre es así y si lo hacen con todo el mundo, pero esa vez sucedió.
Te podés subir al vagón y al ferry con la bici, solamente no se puede en horarios pico en las estaciones céntricas, pero el resto del tiempo no hay drama.
El ferry es un transporte más en Brisbane. Dado que el CBD está prácticamente en la orilla del rio y que éste además es meandroso, el ferry suele ser bastante cómodo para desplazarse entre determinados lugares, ya que si tenés que ir a un lugar que está del otro lado del río y no tenés ningún puente cerca, el ferry te cruza sin problemas en pocos minutos.
Existe un sistema de alquiler de bicicletas, parecido al de Buenos Aires. El de acá funciona de la siguiente manera: Se paga un canon por determinado período de tiempo, por año sale 60 AUD, si sos estudiante 45 AUD. Esa tarifa te permite usar las bicis, las veces que vos quieras por 30 minutos seguidos. Te mandan una tarjeta magnética por correo (se puede vincular la GoCard también, que es la tarjeta del transporte público). Con esa tarjeta, te acercás a una estación de CityCycle, pasás la tarjeta por una pantalla con teclado y le indicás el número de la bicicleta que vas a agarrar. Eso hace que la bicicleta se destrabe del anclaje y la puedas sacar. Tenés 30 minutos para dejarla en otra estación, donde al llegar colocás la bici en el anclaje y pasás la tarjeta por el sensor. En ese momento la bici queda trabada y el sistema sabe que la devolviste. Si pasan más de 30 minutos desde que la sacaste de una estación hasta que la devolviste en otra, el sistema te cobra unos 2 dólares cada media hora. Salvo que la necesites para ir a un lugar muy alejado, lo que hace la mayoría de la gente cuando necesitan usarla por más tiempo, antes de que se cumpla la media hora, van a una estación a devolver la bici, agarrar otra y así seguir su viaje por 30 minutos más.

Este sistema debería haber sido patentado por un personaje de mi pueblo que le decían Rulo. Este personaje tenía como pasatiempo agarrar una bici que no era suya en la panadería, pedaleaba hasta la carnicería, donde dejaba la que venía usando y se llevaba otra para dejarla en el banco. Así sucesivamente con una escuela, municipalidad y cuanto negocio u oficina tuviera bicicletas afuera. En cada lugar faltaba una bici y sobraba otra, por lo que la policía tenía que ir lugar por lugar donde hubieran recibido quejas identificando las bicis con los damnificados. Disculpen que me haya apartado del tema en cuestión, pero valía la pena la mención de este simpático y pacífico personaje de Suipacha, sobre el cual hay cientos de anécdotas.
Está lleno de estaciones de CityCycle. En el centro podés encontrar fácilmente una cada dos cuadras y en las terminales de tren, ferry, edificios públicos, museos, bibliotecas, etc.
Los taxis son bastante caros y hay básicamente dos empresas grandes que los administran. Unos son blancos y negros, los otros rojos y negros. Casi todos son conducidos por indios. Se puede pagar con tarjeta y hay una aplicación para celulares donde podés llamarlo o programar un viaje. La misma aplicación calcula previamente el costo del viaje y te avisa cuando el taxi está a unos 200 metros de llegar a recogerte.

Hay unos maxi-taxis, que podés llamar si vas a viajar con más de 4 personas. Son unas combis que además tienen una rampa automática detrás para subir con silla de ruedas y a pesar de todo, el precio de los maxitaxis es el mismo que el del resto.