“No me importa, porque llevo torta” Pipo Pescador, filósofo contemporáneo y acordeonista.
Antes de seguir escribiendo este blog quiero hacer una
aclaración que debía haber hecho ya.
La intención de este blog es transmitirle a mi familia,
amigos y gente que me conoce, mi experiencia en este singular país. Por lo
tanto cada cosa que escribo no debe tomarse como una crítica rencorosa contra
Argentina, porque no es así. El objetivo es relatar como son, o mejor dicho,
como vivo yo las cosas acá y punto. No digo que acá las cosas son mejores o
peores, son distintas. Hecha la aclaración sigo con la normalidad del blog.
No estuve escribiendo en el blog últimamente porque estaba un
poco atareado con algunos trámites y ahora puedo decir oficialmente que ya
tengo casa (alquilada) y auto (este si es mio).
Empecemos por el auto. Es bastante complicado manejarte como
peatón en este tipo de ciudades, digamos del “interior” australianas, ya que si
bien hay unos buses como transporte público, son caros y no te llevan a todas
partes. Además, en mi caso, la oficina queda en una ciudad y la vivienda en
otra, que más allá que estén cerca entre si, es muy lejos para caminar o
bicicletear. Una compañera de trabajo que se llama Noo, una señora amamoorense
que pelea el primer puesto con Tim en personas a las que menos les entiendo, me
ofreció venderme su auto viejo ya que hace poco se compró uno nuevo. Asi que lo
fui a ver a su casa y después de las revisaciones correspondientes y un
arreglito que hubo que hacerle, ya está en mi poder. Debo aclarar que los autos
usados acá son muy baratos, sobre todo este que es modelo 96. La verdad es que
está bastante bueno y no tiene demasiados kilómetros para su edad.
La experiencia de tener un auto en Australia incluye no sólo
manejar por la izquierda con el volante a la derecha, sino también la de
cargarte vos solito la nafta. Lo segundo es bastante sencillo, colocás la
manguera en el tanque, ponés en el tablero la cantidad de dólares que querés
cargar o sólo apretás el gatillo hasta que pare por tanque lleno. Después vas a
la caja, decís el número de surtidor en el que cargaste y a ellos les aparece
en la computadora el precio a pagar. Fácil y simple.
En cuanto a manejar por la izquierda, no diría que es tan
fácil como cargar nafta pero pensé que se me iba a complicar más. El tránsito
es muy ordenado acá y además por ahora me estoy manejando por ciudades chicas
con poco tráfico, hay que ver al pingo cuando tenga que correr en ciudades más
grandes como Brisbane. En casi todos los cruces hay rotondas, que se giran en
sentido horario y la prioridad la tiene SIEMPRE el que está dentro de la
rotonda. En donde no hay rotonda hay dársenas que hacen que los cruces sean
bastante seguros y uno puede esperar ahí sin interrumpir el tráfico. Hay una
cosa que ayuda mucho también y es que en las esquinas y rotondas hay una línea
punteada frente al que no tiene la prioridad de paso, eso hace las cosas más
claras para todos y elimina el dubitativo “pasás vos o paso yo?”. El que tiene
prioridad sigue, el que no, frena siempre.
En cuanto al auto, como es de caja manual hay que meter los
cambios con la zurda, cosa que no me ha resultado engorroso pero acá viene lo
que más me ha complicado hasta el momento: la palanquita de las luces de giro
está a la derecha, lo que provoca que varias veces active sin querer el
limpiaparabrisas, con el sobresalto correspondiente ante esa respuesta
inesperada.
Una curiosidad es que en todos los autos que vi hasta ahora,
el espejo retrovisor central es con aumento como los de los costados, lo que
hace que la vista hacia atrás sea distinta a como estamos acostumbrados a ver.
El auto tiene además unos toques personales de dudoso gusto de
la antigua dueña, a saber: una especie de alfombrita en la parte superior del
tablero que hace que no se caliente con el sol y las butacas enfundadas en una
tela peluda color negro, con fundas peludas también en los cinturones de
seguridad haciendo juego con las butacas. La alfombrita gris sobre el tablero
casi ni se nota y no es tan fea, pero con los asientos estoy en la disyuntiva
de sacar las fundas o dejarlas. Punto a favor de dejarlas: el asiento no se
calienta ni con el auto estacionado a pleno sol, se ve que esa es la función.
Punto en contra: son muy feas, parece como que voy sentado sobre un gorila, que
encima me abraza con el cinturón de seguridad. La funditas de los cinturones se
las saqué, pero me gustaría que los lectores del blog me ayuden a decidirme
votando en la encuesta que pongo en este momento en la columna de la derecha.
En cuanto a los detalles del departamento, tendrán que
esperar el próximo posteo.
Paaaa! Nunca vi una aclaración mejor aclarada jaja .. Voy a copiar y pegar tus posts me parece, acá hay cosas muy iguales o parecidas, pero no tengo tanta imaginación como para transmitirla a mis familiares, amigos, conocidos jaja. Me mata el tema de SIEMPRE los que estan en la rotondaaaaa, Eso tambien me llamo la atencion y le grito a Kevin en cada una con un "frena!!!", cosa que el ya habia hecho pero me stressa jaja. Aun no probé manejar pero lo voy a intentar solo porque es automatico, sos un genio, no se como haces jaja. Y lo del limpiaparabrisas es fija 3 veces por dia jaja.
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